sábado, 10 de mayo de 2008

Comentarios iniciales/En el principio fue el logos

Pregúntesele a un estudiante de letras: ¿qué es la imagen?, y responderá que es un acontecimiento posterior a la palabra (oral), a la lengua... pues “en el principio fue el logos”. Hágasele la misma pregunta a un estudiante de artes, y dirá: “la imagen es un acontecimiento expresivo”. Pero a mí me parece que el primero responde como un buen hijo del logoncentrismo civilizatorio, mientras el segundo se parece más a un optimista hiperflojo. Ni existe algo así como una competencia cosmogónica entre la imagen y la palabra (oral), ni la imago es meramente un hecho de la expresión o un gesto de la expresividad. No. La expresividad, como la escisión entre logos e imago, son acontecimientos secundarios.

En el principio fue el logos... sí, pero el logos hecho carne, cuerpo. Para comprobar la actualidad de esta premisa le propongo al lector un ejercicio: pronuncia, escuchándote con cuidado, la palabra L O G O S. Luego vuélvela a pronunciar pero ahora no sólo presta una atención auditiva sino labial, física, corporal. Percibe a los sonidos configurándose, formándose, “corporeizándose” en tu garganta, en tus labios. Y te pregunto: ¿estás ahí ante una experiencia meramente logocéntrica? ¿Sientes que al pronunciar La Palabra sólo se activa la facultad inteligible de tu espíritu? ¿No estás también frente a un cuerpo, frente a una dimensión que es plástica, tal como la imago medieval era a la vez verbo y resplandor, palabra y visión?

Y más: ¿no hay algo así como una visualidad de las palabras anterior a cualquier grafía? ¿Cómo hablar sin dibujar, sin hacer formas? ¿No es ya la palabra misma una forma, una posibilidad de la visión, esto es, una iluminación?

Si alguien aceptara el reto (ingenuo) de responder a estas preguntas con alguna honestidad, tendrá que abordar de nuevo a los estudiantes aquellos. Deberá decirle al de artes que la imago en tanto expresión es un hecho accidental, casual y un momento tardío en la disposición de su naturaleza. Al de letras, en cambio, le diremos que siga pronunciando, ahora en griego, la palabra del principio: logos

José Luis Omaña